No sé escribir
Hace un tiempo vino a mi consulta una emprendedora que me dijo:
—No sé escribir.
Levanté una ceja y puse cara de ¿lo he oído bien?
Era una emprendedora que recientemente había estrenado su página web y usaba las redes sociales con regularidad.
Además, conozco su trayectoria y sabía que era una mujer de éxito profesional.
Para mí, ese «no sé escribir» no tenía sentido.
Cuando le pedí una aclaración, me explicó que tenía muchas dificultadas para redactar artículos. Se bloqueaba, no sabía qué dirección seguir ni cómo plasmar sus ideas sobre el papel.
También me comentó que, tiempo atrás, una de sus jefas le dijo que lo que ella escribía era basura.
Soy muy empática y, cuando me lo contó, el puñetazo incluso me dolió a mí. Basura. O puede que dijera que no valía para nada. No lo recuerdo de forma exacta, pero la idea se me quedó grabada con esa palabra.
A veces tenemos la tendencia de creernos lo que no debemos. Nos ocurre a todos. Yo hace unos años creía que dedicarme a la escritura era una mala idea (hasta que conseguí deshacerme de ella, de la mala idea).
Mira, a los jefes con un mal día, ni caso. Y menos aún a los que buscan la manera de hundirte porque necesitan reafirmar su posición.
La mujer me dijo que desde entonces, cuando intentaba escribir un artículo, chocaba contra un muro resistente que no la dejaba avanzar. Medio había tirado la toalla, pero desde que trabaja en su nuevo proyecto estaba tan motivada que quería buscar la manera de superarlo de verdad.
A ver.
No tengo ni idea de si hubo un día en que mi clienta escribió algo tan feo que realmente tuviera el digno honor de ir a la basura. Digo digno porque espero que entrara en el circuito de recogida selectiva y se convirtiera en papel reciclado.
Incluso lo más malo puede llegar a transformarse en algo bueno.
Conociéndola a ella, no creo que fuera tan malo. Pero en realidad es algo que no debería importarnos.
Sí, a veces escribimos mal.
Todos.
Incluso el que más sabe.
También hay días que escribimos mejor.
Y cuanto más escribimos, más mejoramos.
Esto ocurre en todos los ámbitos; una habilidad solo se puede mejorar si se practica.
Si como mi clienta sientes que tienes un bloqueo que te impide hacer algo importante para ti, recuerda que lo primordial es superar esta primera barrera y ponerse manos a la obra. Si el bloqueo es tan fuerte que te paraliza, existen técnicas que te puedan ayudar a liberar estas emociones paralizantes para que puedas avanzar con más facilidad.
Que tengas un día bonito :)
Sandra